Etiqueta y protocolo. Comunicación asertiva.

Por persona asertiva entendemos aquella que expresa su opinión de manera firme. Y, en consecuencia, su comunicación también se calificará como asertiva. Es decir, compartir información en la que creemos de manera convincente y sin vacilación.

Ciertamente, la comunicación asertiva responde a uno de los cuatro objetivos del discurso, el de informar. Los otros tres son impresionar y convencer; entretener y persuadir o conseguir acción.

En referencia a los discursos informativos ¿cómo hay que actuar?

Lo más importante en los discursos informativos, y por añadidura en todos los discursos, pero en este tipo aún más, es la claridad. Y ¿cómo conseguimos esa claridad de exposición? Pues hablando en un lenguaje que se nos entienda.

Demóstenes es considerado el mejor orador de la historia. Los expertos señalan que el éxito de Demóstenes fue su lenguaje natural y sencillo. Hablaba para que la gente le entendiera y, por lo tanto, hablaba para ayudar a los demás.

Si queremos que nuestro lenguaje sea eficaz, y es eficaz cuando llega al destinatario que queremos, ese lenguaje tiene que ser claro y sencillo.

Hablar de manera sencilla y natural es usar un lenguaje entendible. Si todo el mundo entiende la palabra «tonto», ¿por qué utilizar, por ejemplo, «pazguato» o «pusilánime»? Si nuestro objetivo es informar, dar a conocer nuestra opinión, debemos hacernos entender. Y esto se logra con:

  • Lenguaje sencillo y natural; con frases cortas, de sujeto-verbo-predicado.
  • Palabras sencillas, si dudamos entre dos términos, utilizar el más sencillo de ellos.
  • No hablar rápido, hay que vocalizar bien. El qué digo y el cómo lo digo son igual de importantes. Aunque use un lenguaje adecuado al público que me está oyendo, si no abro bien la boca, o hablo cabizbajo, tampoco se me va a entender.

Esto suelo pasar cuando estamos leyendo un discurso con apoyo de un atril. Si al hablar bajamos la cabeza la voz no va a llegar al público, aunque nos pongan los micrófonos más potentes que existan. Los humanos necesitamos ver la expresión del rostro para llegar a comprender con éxito lo que se nos está diciendo. Por eso es muy importante que cuando hablamos miremos a quien estamos hablando, ya no solo por cuestión de respeto y de buenos modales, sino también por cuestión de eficacia, ya que la comunicación no verbal potencia la compresión de la verbal.

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A continuación, vamos a dar 5 claves para comunicar con asertividad.

1.- Limitar la extensión del discurso al tiempo disponible

Tenemos que limitar nuestro discurso al tiempo de que disponemos. No podemos saturar de información al público.

Por ejemplo, en un discurso de hora y media, más o menos, la gente no puede asumir más de tres ideas. Por lo tanto, hay que definir y concretar muy bien lo que queremos hablar para que la gente lo pueda entender.

2.- Ordenar las ideas

Casi todos los temas pueden desarrollarse siguiendo una secuencia lógica basada en el tiempo, el espacio o en cuestiones especiales.

En la secuencia temporal, por ejemplo, se puede considerar el tema bajo las tres categorías de pasado, presente y futuro o se puede empezar en una fecha dada y desplazarse hacia atrás y hacia adelante desde esa fecha.

En la secuencia espacial, se ordenan las ideas según un punto central y se parte desde allí hacia fuera, o se cubre el material en sentido direccional: norte, sur, este, oeste. Algunos temas tienen una secuencia interna.

Tenemos que conocer muy bien lo que queremos decir para aplicar el método más efectivo para su comprensión.

3.- Enumerar los puntos a medida que se exponen

Uno de los medios más simples para que nuestro discurso quede grabado con claridad en la mente de los oyentes es mencionar que primero tratamos un punto y después otro.

4.- Comparar lo desconocido con lo familiar

Para hacernos entender debemos comparar nuestra información, desconocida para nuestro oyente, con algo que le resulte familiar.

Cuando hablemos con personas ajenas a nuestra materia, pongamos especial cuidado en expresarnos en términos sencillos y en dar los detalles necesarios. Siempre es mejor ir de lo simple a lo complejo.

Aristóteles decía: “Piensa como lo hacen los hombres sabios, pero habla como lo hace la gente corriente”. Es decir, si debemos utilizar un término técnico, primero vamos a explicarlo para todos los miembros del auditorio sepan qué significa. No hay razón para evitar el uso de una palabra clave que sabemos que no será entendida. Simplemente, vamos a explicarla en cuanto la utilicemos.

5.- Emplear apoyos visuales

La ciencia nos dice que prestamos veinticinco veces más atención a las sugerencias visuales que a las auditivas. Esto es debido a que los nervios que unen el ojo al cerebro son mayores que los que parten del oído.

Por lo tanto, si deseamos ser asertivos hagamos nuestras ideas visuales.

Y el éxito está en…

Ya sólo me queda por desvelaros el mejor método comunicativo, la clave del éxito de la comunicación.

Lo que diferencia a un orador de otro, lo que nos hace tener más simpatía por una persona que por otra, es la capacidad que tiene de demostrar su afecto.

El afecto es la herramienta comunicativa por excelencia, nos hace a esa persona creíble, cercana. Y, ¿por qué? Porque ha pensado en nosotros. Recordad siempre que para ser interesante hay que interesarse.

Por María del Carmen Portugal Bueno, profesora de ESSPEC.